Algo que me fascina por herencia genética es la lectura sobre los mundos distópicos. El primero que me gustó mucho fue Un mundo Feliz de Aldous Huxley; me impresionó y me angustió de sobremanera; me adentré tanto en la piel del protagonista, del lugar descrito que me dió escalofríos mientras avanzaba una y otra vez sobre sus páginas. 1984 de George Orwell; debo decir que fui una cobarde y abandoné la lectura en las terceras cuartas partes... tal vez algún día tome coraje para resolver leerla una vez más. La que no leí y tiene un aire angustiante en cada capítulo es la serie basada en un libro distópico llamado El Cuento de la Criada de Margaret Atwood; NO leí el libro pero por curiosidades que no se descifrar me dí la oportunidad de verlo en medio de la vóragine de viajes desde Córdoba - Buenos Aires; universidad con parciales, trabajos prácticos, seminarios, hijas, casa, mascotas y el amor de mi vida NaH. Hubo en estos meses series de moda como la Casa del dragón y Los anillos
Para Amelia, de su mamá Celeste Adentrándose por las afueras de un castillo hechizado, entró en escena nuestra princesa guerrera Amelia, esta era su primera misión desde que asumió la responsabilidad de la corona. Estaba acompañada de la princesa hechicera Clarice, su hermana mayor. Ella trabajaba y se esforzaba para ser una buena niña y una buena princesa. Le salía natural ser fuerte y amable a la vez. El rey padre Nahuel le aconsejó que estudiara el arte marcial del karate y para reforzar también esgrima para poder blandir una espada ya que su valentía era su mayor tesoro y con esos talentos defender a las personas del reino y sus alrededores. Luego de dos años de entrenamiento, con la ayuda de su hermana y hechicera Clarice, Amelia pudo recibirse de guerrera y protectora del reino con tan sólo tres años de edad. ¡Ella realmente era una genia para hacerlo en tan poco tiempo! Pero había una razón para esa urgencia. Ese castillo hechizado pertenecía al reino pero na